
Vivir en Berlín (parte 1)
Es una ciudad que nunca duerme, que nunca se detiene ni siquiera a tomar aire. El ritmo al que se mueve es frenético, y se
Es una ciudad que nunca duerme, que nunca se detiene ni siquiera a tomar aire. El ritmo al que se mueve es frenético, y se
Hay días que resultan imposibles de anticipar, que nos envuelven en una sucesión impredecible de eventualidades como la corriente de un río en la que
A ambos lados de Pusher Street se alinean puestos rudimentarios de mercado hechos de madera. Por encima de estos, se agitan con el incansable viento
Todos los vasos de cerveza y las tazas de café se detuvieron a medio camino. Las personas sentadas en la barra se sumieron en un
El agua estaba helada. El sol de la hermosa primavera danesa brillaba con una belleza imposible pero la temperatura aún no había logrado caldear ni
Así como hay ciudades que sentimos que nos reciben con los brazos abiertos, también ha habido, si bien en contadas ocasiones, ciudades que parecen empecinadas
La euforia casi infantil de una bajada pronunciada en bicicleta me invadía. Sentía que volaba, que era imposiblemente libre por un minuto. El viento me